jueves, 10 de octubre de 2019

El FMI hunde a los países que le piden prestado

Cuando se esperan las definiciones del acuerdo de préstamo entre el Fondo Monetario Internacional y Argentina, en un dialogo con un economista y un sociólogo sobre las intervenciones históricas de la organización y sus consecuencias. Así quedaron los países "asistidos".

El dólar en Argentina volvió a superar la barrera de los 40 pesos. La inflación de agosto trepó al 3,9% y se calcula que superará el 40% en el año. Ante la gravedad de la crisis, un equipo de técnicos del Fondo Monetario Internacional (FMI) desembarcó el 13 de septiembre en Buenos Aires para discutir los términos de un segundo acuerdo, ante el fracaso del que se firmó en junio, y adelantar los tramos del préstamos de 50.000 millones de dólares. Cuando toda una nación espera conocer los detalles del nuevo acuerdo con el FMI, se repasa los rescates históricos del organismo y se analiza sus resultados.

Principales intervenciones del FMI:

  • 1994, México: 18.000 millones de dólares.
  • 1997, Asia: 36.000 millones de dólares.
  • 1998, Rusia: 22.600 millones de dólares.
  • 1998, Brasil: 41.500 millones de dólares.
  • 2000, Turquía: 11.000 millones de dólares.
  • 2001, Argentina: 21.600 millones de dólares.
  • 2010, Grecia: 139.730 millones de dólares.
  • 2011, Portugal: 99.080 millones de dólares.
  • 2018, Argentina: 50.000 millones de dólares.​
"No hay experiencias exitosas de préstamos del FMI, entendiendo éxito como lograr menos pobreza, más desarrollo, mejor distribución de la riqueza. Generalmente se termina peor, en el mejor de los casos se consigue cierta estabilidad con bajas tasas de crecimiento, pero es usual que los resultados sean malos desde el punto de vista social. Lo que termina ocurriendo es que el organismo impone un manejo de la economía en sentido amplio [al país que recibió el préstamo]", dijo a Alan Cibils, economista, investigador y docente de economía política de la Universidad Nacional de General Sarmiento de Argentina.

Para el sociólogo Pablo Nemiña, la existencia de organismos internacionales como el FMI habilita la posibilidad de influencia sobre las políticas de los Estados nacionales. "Los países centrales, los que tienen más recursos, procuran orientar a estas entidades en pos de sus propios intereses. El Fondo, institución con una distribución del poder desigual, con un miembro como EEUU con poder de veto, tiene una estructura que habilita a la influencia de las políticas económicas de los países que toman créditos, que son los países en desarrollo", sostuvo el investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y Universidad Nacional de General San Martín (UNSAM).

Año a año la institución financiera recibe aportes de sus miembros. Sus gastos de funcionamiento son cubiertos con los intereses que recauda por los préstamos que realiza. "El FMI necesita prestar para financiarse. Funciona de los intereses de los créditos que otorga. Si bien es un organismo multilateral, en realidad es un brazo ejecutor de Wall Street y del Tesoro de EEUU. Tiene la función de garantizar la apertura a los capitales para ellos. Sus préstamos sirven para garantizar un mundo en el que Wall Street tenga acceso libre a rentabilidades altas en cualquier parte del mundo", indicó Cibils.

El caso argentino

El país sudamericano y la entidad financiera tienen una larga historia de encuentros y desencuentros. El recuerdo más fresco son las intervenciones de Fondo entre 1991 y 2001. Durante los inicios de la década del 90, el organismo aprobó la convertibilidad, un plan económico diseñado por el Gobierno del presidente Carlos Menem y su ministro de Economía, Domingo Cavallo, para terminar con la hiperinflación. La medida anclaba el peso al dólar y ponía en marcha agresivo plan de privatizaciones y achicamiento del Estado.

Entre otras cosas, las recetas del FMI provocaron una profunda recesión. Hacia 2001, el país atravesaba una crisis económica, social y política que se agudizó con la derrota electoral de octubre que debilitó al Gobierno del presidente Fernando de la Rúa.

Cuando la nación atravesaba un escenario convulsionado, el FMI cortó la asistencia al país, de la Rúa renunció en medio de masivas manifestaciones, huelgas y saqueos y Argentina decretó el default de su deuda externa. Por episodios como este, la vuelta de Argentina al FMI es cuestionada y vista con desconfianza por amplios sectores de la sociedad argentina.

"El caso [actual] de Argentina [recurriendo al Fondo] es la profundización de las medidas como del ajuste fiscal, disminución de gastos y de ingresos, caída de salarios y empleos. Me parece que todo este acuerdo tiene el objetivo de evitar una cesación de pagos, y que el préstamo apunta a mejorar la confianza externa. No hay una mirada de desarrollo, va a haber con un costo social muy alto", señaló el sociólogo Nemiña.

Para Cibils el escenario de Argentina es "muy interesante". Sostuvo que los problemas por los cuales el Gobierno decidió recurrir al Fondo son "generados por las propias políticas del presidente, que son, además, medidas que el mismo Fondo hubiese recomendado: libre flotación cambiaria, desregulación de mercados financieros, entre otras. Todo eso nos llevó a la crisis actual. Es difícil explicar porque piensan que recurrir al Fondo y profundizar esas medias va a solucionar las cosas".


El caso griego

La última intervención del Fondo fue en Grecia en 2010, 2012 y 2015. El "rescate" generó 260.000 millones de euros de deuda externa. Desde entonces padecen recesión y una caída del PBI del 30%. Como indicó el medio MinutoUno, se trata del único país de la historia del capitalismo en sufrir este tipo de consecuencias sin entrar a una guerra.
Argentina puede llegar a incumplir algunas de las las metas impuestas por el FMI a cambio de un préstamo de 50.000 millones de dólares. Grecia, por su parte, culminó el tercer plan de rescate. ¿Qué tienen en común los dos países?
En Grecia y Argentina, la 'ayuda' recibida por parte del organismo fue recibida con una enorme desconfianza por la mayoría de la población.
En Argentina, porque todavía está fresca en la memoria la experiencia de 2001, cuando el país entró en default y millones de personas perdieron sus empleos. En Grecia, porque en los últimos ocho años el PIB se redujo un 27%.
Francisco Cantamutto, de la Sociedad de Economía Crítica de Argentina y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), habló para explicar los parecidos y las diferencias.
"En ambos casos el monto total de los préstamos fue significativo y tuvo que ver con el rol del FMI para convalidar cierto orden. Después de 2008, los países centrales dieron un gran salvataje a los bancos y trasladaron la crisis a los países semiperiféricos: Grecia, Portugal, España, Irlanda. Cuando el FMI negocia con Grecia, lo que buscaba era sostenerla en el redil", ante las amenazas de salir de la Unión Europea.
En el caso de Argentina, la razón es otra: "la crisis más severa del FMI en los últimos años se debe a su mal desempeño en la crisis argentina de 2001. Volverle a prestar tiene que ver con reforzar su rol en la región".
Según el economista, a pesar de pequeños cambios, las exigencias del Fondo siguen siendo las mismas desde su fundación luego de la Segunda Guerra Mundial: ajustes fiscales y reducción del Estado. 
Una breve historia de uno de los organismos más polémicos del mundo: el Fondo Monetario Internacional (FMI). Así es como opera.
Por separado, las letras F, M e I no dicen nada, pero puestas juntas y en ese orden son capaces de suscitar odios o halagos. El Fondo Monetario Internacional es visto como salida de último recurso por gobiernos en problemas. Llega cuando las papas arden y las economías estallan y, casi siempre, se caracteriza por imponer duras condiciones para otorgar préstamos. Algunos hablan de que, tras muchos fracasos, el FMI se ha vuelto 'bueno' y ya no ahorca con sus exigencias a los países que llegan suplicando a sus puertas.  
El FMI nació en 1948, hace exactamente 70 años, tras la conferencia de Bretton Woods, en la cual el mundo deseaba dejar atrás los horrores de la guerra y volver al crecimiento. Tiene 189 países miembros y según sus objetivos, su principal propósito es "asegurar la estabilidad del sistema monetario internacional, es decir el sistema de pagos internacionales y tipos de cambio".
Para ello otorga asistencia financiera a los países para corregir sus problemas de balanza de pagos y formula programas de ajuste que condicionan estos créditos al cumplimiento de determinadas metas.
Después de la crisis financiera de 2008, el FMI amplió sus mecanismos de apoyo financiero para "reforzar la prevención de crisis, mitigar el contagio durante crisis sistémicas y adaptar los instrumentos en función del desempeño y las circunstancias de los países miembros" y se ampliaron los recursos para ayudar a los países.
La 'moneda' del FMI son los famosos Derechos Especiales de Giro (DEG), definidos como un ‘activo de reserva internacional', un fondo que en la actualidad llega a los 286.000 millones de dólares y que está a disposición de los países según sus cuotas. De acuerdo con la información oficial, el total de los recursos provenientes de las cuotas asciende a DEG 477.000 millones, equivalente a 668.000 millones de dólares.
El FMI es controlado por la Junta de Gobernadores, con un representante principal y un suplente por cada miembro, que se reúne una vez al año. El Comité Monetario y Financiero Internacional (CMFI), formado por 24 gobernadores, se reúne dos veces por año y su Directora Gerente es la francesa Christine Lagarde.  
En la actualidad, el FMI tiene préstamos por 159.000 millones de dólares, de los cuales 144.000 permanecen a disposición de los países pero sin girar, según el informe oficial. Los principales prestatarios con deudas pendientes son Portugal, Grecia, Ucrania, Pakistán.
El Servicio Ampliado del FMI (SAF) es "cuando un país se enfrenta a graves problemas de balanza de pagos a mediano plazo debido a deficiencias estructurales que tardarán tiempo en resolverse". Es un programa a más largo plazo con un periodo de reembolso más largo. En la actualidad Ucrania, Moldavia, Bosnia Herzegovina, Egipto, Georgia, Jordania, Túnez, Costa de marfil, Mongolia y Sri Lanka poseen este tipo de préstamo, que les permite responder a necesidades de financiamiento externo para salir de una crisis. Los créditos stand by en general cubren periodos de uno a tres años.
La cuarta es la línea de precaución y liquidez (PLL, por sus siglas en inglés),  para crisis mayores. Solo Marruecos tiene un préstamo de este tipo. Y la quinta es la Facilidad Extendida de Crédito (ECF) que "proporciona asistencia financiera a los países con problemas prolongados de balanza de pagos", como muchos países africanos.
La relación de Argentina con el FMI ha ido de un lado a otro, con episodios de amor intenso y odio igualmente profundo.
xisten distintos tipos de ayuda que el organismo internacional presta a los países: el 'stand by', un préstamo de corto plazo ligado a objetivos fiscales y monetarios, y un préstamo a largo plazo, llamado 'extended fund facilities', atado a reformas estructurales. Estos planes duran entre uno y tres años, y se pagan entre cinco y 10 años, a tasas más bajas que las del mercado.
Este es un resumen de los principales hitos:
1957: Después de la caída del Gobierno de Juan Domingo Perón, durante el Gobierno militar que se denominó "Revolución Libertadora", Argentina pidió su primer préstamo por 75 millones de dólares.
1991: El FMI aprobó la convertibilidad, el plan económico diseñado por el Gobierno del presidente Carlos Saúl Menem y su ministro de Economía, Domingo Cavallo, para terminar con la hiperinflación. El peso se ancló al dólar, lo cual se acompañó de un agresivo plan de privatizaciones y achicamiento del Estado.
2001: La derrota electoral de octubre de 2001 debilitó al Gobierno del presidente radical Fernando de la Rúa. El FMI cortó la asistencia al país. El presidente renunció en medio de enormes manifestaciones, huelgas y saqueos. Argentina decretó el default de su deuda externa.
2003: Se firman los últimos créditos stand by por 2.174 y 8.900 millones de dólares.
2006: El 3 de enero, el presidente Néstor Kirchner canceló en un solo pago la deuda con el Fondo Monetario Internacional por más de 9.800 millones de dólares, lo que permitió un ahorro de 842 millones de dólares en intereses.
2013: El organismo sancionó al país por falta de estadísticas transparentes. El Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner aceptó cooperar para revisar las estadísticas y se levantó la sanción.
2016: El Gobierno de Mauricio Macri aceptó retornar a las revisiones anuales del FMI, suspendidas desde 2006.
2018: La directora del Fondo, Christine Lagarde, visitó Buenos Aires. "Los dos primeros años del Gobierno han sido asombrosos", dijo. Dos meses después, la corrida cambiaria y la inestabilidad internacional obligaron al Gobierno a volver a pedir ayuda del organismo.




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